Todo lo bueno es mejor en verano: las primeras veces son tan intensas que parecen verdades en mármol, lo cotidiano es el lujo que siempre fue y los miedos, no todos, se superan cuando los conviertes en leyendas. ¿Por ejemplo? Las curvas de Despeñaperros son el último obstáculo para llegar a la tierra prometida.

Hoy te planteo el verano como filosofía de gestión, utilizando su natural clarividencia, frente al mantra de “Sólo los paranoides sobreviven”. ¿Por qué? Porque...

Dios nació en el Mediterráneo, el diablo es un private equity de Copenhague y el CEO ideal es una abuela con su bata como única bandera. Nadie como ella cuidará de la caja ni sabrá identificar lo importante de lo urgente. ¿Reunión? Sillas en la puerta o paseo, siguiendo las enseñanzas de los peripatéticos. ¿Ahorrar? Lentejas, papas, gazpacho y zopeao. ¿Diseño? Azulejos, azoteas y cal. ¿Marca y cultura? Jamón, sandía, siesta y balones de Nivea.

Escalar una empresa es un deporte de élite; escalar una que genere beneficios, prosperidad y plenitud es el arte definitivo. Be summer gana a Think different y Just do it. La sprezzatura de Federer gana al invierno oscuro de Musk. Estudia a Julio Iglesias y Dua Lipa.