Aquel día tocaba revisión, la primera después de la pandemia. Fue cuando conocí en la sala de espera a Isabel, la matriarca de una bodega gaditana con el don de elevarte. Vio que estaba leyendo sobre polisemia. Como si estuviéramos en una película francesa:

—¿Qué es el valor? ¿Cuál es el primer significado que se activa en tu cabeza? ¿Prefieres ser útil o valiente? ¿Qué genera más riqueza: la valentía o la utilidad?

Ahí empezó nuestra amistad. Hay palabras que cargan con siglos de pensamiento. Aristóteles distinguió entre el valor de uso y el valor de cambio. Locke introdujo el trabajo en la ecuación, y la Revolución Industrial añadió la innovación. Necesito una definición de valor. Me obsesionan las definiciones. Diseñar las tuyas es construir tu brújula. Diseño es soluciones con belleza, entendiendo la belleza como la armonía entre ética, estética y estrategia. Marca es el aura percibida de valor, diferenciación y vinculación. La cultura es la coherencia constante sistematizada.

¿Cuál es tu valor en el mundo? Todo aquello que sea tu raíz y horizonte. Todo aquello destinado a permanecer y trascender. Tu valor es tu esencia. Ayer me llamó el hijo de Isabel. No sufrió. Fue útil y valiente.